Climber for children

La temporada de lluvias finalmente ha llegado! Después de meses de sequía e incendios alrededor, el gozo que sentimos al oír a las ranas cantar por las noche y el olor a tierra mojada al abrir la puerta por las mañanas es maravilloso.

Todo el paisaje se torna verde, vivo y radiante. Los niños, tan conectados a los ritmos de la naturaleza, notan el cambio, las tardes con mas luz brindan la posibilidad de jugar más tiempo al aire libre y el elemento agua, escaso meses atrás, torna el juego mucho más enriquecedor en texturas, olores, sensaciones. Sopas de hojas, tes de flores, brincar en los charcos, correr bajo la lluvia, salir a buscar ranas, hacer barquitos de papel, pasteles de lodo y castillos de arena son los juegos que tienen fascinadas a mis tres hijas.

Desde pequeñas les hemos permitido salir con sus trajes y botas de lluvia a jugar, el clima no debe ser un limitante en la vida de los niños. Dejarles explorar los cambios en el entorno mantiene viva su conexión con los ritmos de la tierra. Con las primeras lluvias, brotan de la tierra flores bellísimas, efímeras, anuncian que la tierra esta despertando de su largo descanso. Salir a pasear por el terreno a buscar estas delicadas flores es un deleite.

Esta mañana mientras caminamos con botas de lluvia hacia el gallinero, escucho el sonido de un pájaro carpintero, nos quedamos un rato en silencio buscando entre las ramas de los Encinos hasta que finalmente lo encontramos. Las niñas saben que en el pequeño bosque de Encinos que nos rodea vive una familia de pájaros carpinteros que picotean las ramas buscando insectos que habitan en el árbol. Mi hija mayor un día me compartió su reflexión, “Mamá los pájaros carpinteros son amigos de los árboles, porque les ayudan a que los bichos no los enfermen”.

Pasa la mayor parte del tiempo que te sea posible con tus hijos al aire libre. Si vives en la ciudad, visita un parque cercano con regularidad, observen que animales e insectos habitan, como cambia el entorno en cada estación. Los niños pequeños no necesitan explicaciones científicas, solamente un adulto diligente a explorar la naturaleza con el y permitirle hacer sus propias observaciones.

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