Por Julieta Navarrete

Es un hecho: el año que terminó nos obligó a replantearnos muchas cosas respecto a nuestra crianza y la educación que le estábamos dando a nuestros hijos, los espacios que teníamos asignados para ellos y cómo estos pueden afectar la forma en que crecen, conviven y se desarrollan. Esto llevó a muchas mamás a buscar alternativas educativas para crear lugares seguros dentro de la casa para que los niños transitaran por estos cambios de la forma más apacible posible.
Muchas encontraron tranquilidad y ayuda en el método y la filosofía Montessori, y buscaron formas de incorporarlo al día a día. Y ya que nos falta mucho camino por delante, me pareció importante recopilar algunos de los métodos más simples para incorporar estar filosofía a la vida real.
Todas las que apenas empiezan el camino de la maternidad, y para quienes buscan nuevas formas de crianza para que sus hijos se desarrollen emocionalmente fuertes y seguros, pueden seguir estos pasos:
Asigna una habitación libre y segura

Los niños suelen escuchar mucho las frases “no corras”, “no subas ahí”, “no trepes eso”, “deja ahí”. Y no es porque queramos cuartear su libertad, sino porque tememos que se hagan daño. No podemos evitarlo, queremos cuidarlos y que estén siempre bien, pero al mismo tiempo, ellos necesitan un espacio para correr, trepar, escalar y explorar.
Por esto, te conviene asignar una habitación –la de ellos, la sala u otro sitio- en donde todo sea seguro, desde el suelo hasta los muebles, y en donde sientan libertad de ir de un lado a otro sin escuchar nada más que “sí”.
Puedes ayudarte de algunos muebles Wiwiurka para crear el ambiente perfecto, como el Combo Pikler, ideal para niños aventureros. Deja que el movimiento libre los guíe.
Rota los juguetes

¿De casualidad hay muchos juguetes en la habitación y aún así tu hijo parece aburrido? A mi hija le pasaba. Había demasiado de dónde elegir y a la vez no sabía con qué jugar, parecía que se abrumaba. El método de la filosofía Montessori te pide que apliques algo conocido como “observar y rotar”. En la etapa de observar tienes que fijarte con qué juguetes juegan más tus hijos cuando están de buenas, y guardar los que no suele usar. Dos o tres semanas después, guarda esos juguetes que ya usó y saca nuevos.
Rota entre ocho y doce juguetes distintos cada vez. Se vale no meter en el sistema de rotación las cosas con las que siempre juega y de las que no se aburre. Al observar y rotar aprenderás mucho sobre tu bebé: ¿qué le gusta más?, ¿qué no llama su atención?, ¿hay algo que lo estimule demasiado? Este sistema hará que los juguetes siempre sean emocionantes.
Asegúrate de tener juguetes que estimulen su imaginación, como los hongos de embone de colores, o nuestros platos apilables.
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Deja que te ayuden a las cosas simples en la casa

Tu pequeño disfrutará mucho formar parte de tareas sencillas como guardar la ropa, limpiar una superficie accesible o hacer una mezcla para galletas. Dale herramientas reales para que haga esas tareas y verás cómo desarrollas su confianza y su independencia, además de que tendrás una ayuda invaluable en las tareas pequeñas.
También puedes ayudarlos a construir confianza dándoles la libertad de que elijan su ropa del día, o guiándolos para que ellos guarden sus propios juguetes. La palabra clave aquí es “guiar”, no les digas exactamente cómo hacerlo, solo ofrece tu apoyo, tu presencia y anímalos cuando veas que se atoran en el paso de alguna tarea.
Haz cambios en ti

No solo tu casa necesitará algunos cambios, también tú. Para empezar a incorporar de forma exitosa el método Montessori, necesitarás cambiar cierto chip. ¿Por dónde empezar? Entendiendo que la vida no debería ir siempre a toda velocidad. Tómate tu tiempo, explora con tus hijos, estimula la conversación y el intercambio, también los abrazos.
Es importante que estés dispuesta a escuchar a tus hijos e interesarte por lo que a ellos les interesa. Podrías descubrir en ellos una gran pasión por la lectura, por el teatro, por la música, o muchas otras cosas extraordinarias. Inclúyelos también en las actividades mundanas, no los dejes fuera de trapear, de lavar los trastes o poner la mesa, te sorprenderá cuántos buenos aprendizajes puede sacar un niño pequeño de involucrarse en eso.
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